Publicado 13/04/2023
Dime con quién andas, y te diré quién eres
(antiguo refrán español)
En la entrada anterior de esta serie conté como Perón y su entorno más cercano se refugiaron de apuro en la embajada de la República Dominicana (RD) cuando en Venezuela cayó el dictador Marcos Pérez Jiménez. Se salvaron así de la furia del pueblo enardecido, que los acusaba de haber colaborado, o aún dirigido, la represión protagonizada por la temible policía de Seguridad Pública. Como conté, el General había tenido estrechos vínculos con la cúpula de dicha policía y es probable que hubiera colaborado con ella en alguna ocasión.
Aunque cueste creerlo, fue por gestiones de EEUU que el nuevo gobierno les permitió salir hacia su nuevo refugio. Primero pudo hacerlo Perón y después Isabel y otros colaboradores. Allí, el ex-presidente gozó de la protección y ayuda del Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo durante dos años, continuó dando instrucciones a sus seguidores y habría cerrado un pacto electoral para llevar al gobierno a Arturo Frondizi. Finalmente, pudo salir hacia España, donde permaneció hasta su retorno triunfal en 1973. Acá cuento como fue su relación con Trujillo y la estadía en ese país. Para ello hay que hablar en primer lugar de este personaje.
EL GENERALISIMO RAFAEL LEONIDAS TRUJILLO
Sabido es que durante buena parte del siglo XX muchos países latinoamericanos tuvieron dictadores que dominaron con mano de hierro y brutalmente a sus ciudadanos. Ya hablamos de Stroessner en Paraguay, los Somoza en Nicaragua, Gómez y Pérez Jiménez en Venezuela, pero estos no fueron los únicos: Odría en Perú, Castillo Armas en Guatemala, Batista en Cuba etc. Sin embargo, muchos consideran que quién cometió los peores crímenes fue el dictador de la República Dominicana, el auto titulado Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo. Según Page[1] Trujillo «estableció el régimen más represivo y explotador que haya conocido el continente americano»*. Personalmente o a través de dóciles representantes presidió ese país desde 1930 hasta 1961.
Lo primero que leí sobre Trujillo fue la gran novela** de Mario Vargas Llosa La fiesta del Chivo. Sabía que casi todos los personajes y hechos eran históricos. La excepción era la historia de Urania Cabral, su padre y unos pocos personajes más. Al leerla, me resultó difícil creer que las atrocidades y otros detalles que contaba la novela fueran ciertos. Para mi sorpresa, cuando empecé a estudiar la época entendí que casi todo lo narrado en la novela eran hechos rigurosamente históricos y representativos del personaje y sus acciones, por supuesto expresados con la calidad literaria del gran escritor. Aún la historia imaginaria de Urania Cabral y su padre era absolutamente creíble y compatible con los hechos reales.
Leer a Vargas Llosa puede ser una buena forma de entender lo que fue la dictadura de Trujillo. Para asomarse a los horrores de la dictadura de Trujillo es también muy interesante el blog El grito contenido, lleno de información y citas. De todas formas para quién le interese, en los Apéndices I, II y III resumo, lo mejor que puedo, la historia previa del país, la del dictador y los crímenes más notorios que se le atribuyen.
PERÓN EN LA REPUBLICA DOMINICANA
Como ya conté, Perón y su entorno se habían refugiado en la embajada de la República Dominicana. De allí, el 27 de agosto de 1958 el General viajó en un avión oficial a Ciudad Trujillo (actualmente Santo Domingo). Viviría en ese país, protegido por Trujillo, hasta el 25 de enero de 1960. Pocos días después de su llegada, comenzarían a llegar por distintas vías quienes por entonces formaban su entorno: Isabelita, John William Cooke, Américo Barrios, Ramón Landajo, Guillermo Patricio Kelly y Roberto Galán. Este último trajo consigo a los perritos de Perón.
En general, se suele decir que la estadía de Perón en República Dominicana fue mucho más relajada que la que tuvo en otros países. Así Page[1], citando a Américo Barrios dice que « El interludio dominicano adquirió las características de una vacación y holganza que el largo exilio había desconocido hasta la fecha. Viajaba libremente en compañía de Isabel por todo el país. Le enseñó a conducir motonetas y la convenció de que tomara lecciones de esgrima que él complementó.»
Sin embargo, ese tiempo no estuvo exento de actividades políticas. Como explique en la entrada anterior, durante el último mes en Caracas Perón había recibido a Rogelio Frigerio para negociar un pacto electoral, por el cual sus seguidores votarían a Frondizi. La precipitada fuga del General interrumpió esas tratativas, pero los puntos esenciales ya estaban acordados. Perón exigía un acuerdo escrito, el cual habría sido redactado por Cooke[2] [3]. Según varios autores el documento habría sido firmado por Frigerio y Frondizi en Buenos Aires y llevado a Ciudad Trujillo para que lo firmaran Perón y Cooke[1] [4] [5] [6]. Esto habría ocurrido el 5 de febrero de 1958 y días después Perón bajó la orden a sus seguidores de votar a Frondizi en las elecciones del 23 de febrero. Con el apoyo peronista, Frondizi se impuso con comodidad en las elecciones.
Según Potash [5], a cambio de los votos peronistas y dentro de los primeros noventa días de gobierno, Frondizi debía revocar «todas las medidas tomadas…para perseguir a los peronistas», hacer cesar «todas las interdicciones» y devolver las propiedades «inclusive las incautadas a la Fundación Eva Perón», eliminar «todas las proscripciones de sindicalistas», normalizar «los sindicatos y la CGT mediante elecciones», reemplazar «todos los miembros de la Suprema Corte y otros jueces involucrados en actos de persecución política» y reintegrar «la legalidad al partido Peronista bajo funcionarios nombrados por el general Perón». Además, antes de dos años «se debía convocar a una asamblea constituyente que revisara por completo la Constitución, declarara vacantes todos los cargos por elección y convocara a nuevas elecciones generales.» Son muchos los que creen que todos los interesados sabían que varias de estas condiciones eran imposibles de cumplir, por la oposición de sectores del mismo partido de gobierno y especialmente de las Fuerzas Armadas.
Inicialmente Perón ordenó mantener una actitud conciliadora con el nuevo gobierno, que asumió el primero de mayo de 1958. Por un tiempo, Frondizi hizo equilibrios entre la intención de satisfacer a Perón ( por ejemplo con una Ley de Amnistía que benefició a muchos peronistas), las presiones militares y su decisión de encaminar la economía según las ideas desarrollistas. Pronto comenzarían las dificultades. El descontento de Perón y el peronismo, particularmente del sindicalismo, y aún de otros sectores que lo habían votado fue creciendo. Ya en junio de 1958, Perón decía, en carta a Cooke, que si para agosto Frondizi no había rectificado el rumbo, le aplicarían un golpe mortal
Pero Perón para esa fecha no hizo nada. Independientemente de ello, estallaron grandes huelgas en YPF, los puertos, los ferrocarriles etc. La reacción oficial se hizo cada vez más dura: estado de sitio, movilización de los ferroviarios bajo control militar etc.
Sin embargo, no fue hasta el 11 de junio de 1959 que Perón denunció el pacto y difundió el documento que se habría firmado el año anterior. Este documento fue traído a la Argentina por el sindicalista petrolero Adolfo Cavalli quien en 1975 sería asesinado por Montoneros[7]. La información sobre el pacto produjo una enorme conmoción en la Argentina.
Frondizi negó terminantemente que hubiera llegado a un acuerdo con Perón y aseguró que su firma estaba falsificada. Solo reconoció que había estado al tanto de las gestiones de Frigerio. Este, por su parte, dio respuestas ambiguas. Todavía hoy, autores frondizistas sostienen que nunca hubo un compromiso de Frondizi. En su opinión, Perón explicitó el apoyo a su candidatura porque temía que, aún sin sus instrucciones, los peronistas lo votarían para frenar el continuismo de la Revolución Libertadora, representado por Balbín. Hay quién asegura que la firma de Frondizi fue falsificada y afirma que fue probado por una pericia caligráfica[8].
Sin embargo, la mayor parte de los autores cree que existió un pacto y un compromiso de realizar determinadas acciones de gobierno, sea explicito, como el documento que mostró Perón, o implícito a través de las gestiones de Frigerio. En los últimos años J.B.Yofre publicó una información que, a mi juicio, termina con todas las dudas. Desde hacía tiempo se decía que Perón había recibido dinero como parte del arreglo.
Hace mucho que se sabía que como parte del pacto Perón había recibido dinero. Asi, Galasso[6] dice: «Años después, Jorge Antonio declara: «Le llevaron 85.000 dólares. El propio Frigerio se los llevó»». Recordemos que Jorge Antonio fue un empresario gran amigo de Perón y en muchas ocasiones su financista y que Galasso es un autor francamente simpatizante del General.
Sin embargo, J.B.Yofre, también declarado simpatizante del General, reveló en su libro Puerta de Hierro[9], en base a documentos existentes en la quinta de Perón en Madrid, que el trato involucró mucho más dinero. En efecto, encontró y publicó un resumen manuscrito por el mismo General titulado «Luis Ramón González Torrado. Sobre el dinero que entregó por encargo del Gobierno (Frigerio)”.
El mismo muestra que entre agosto y diciembre de 1958, su representante González Torrado recibió cinco cuotas, cada una de U$S 100.000, que inmediatamente llevó a Perón. Descontando U$S 25.000 de comisión, el General recibió U$S 475.000 de 1958. Si aplicamos el factor explicado en el recuadro anterior, lo recibido por el General serían unos U$S 4.275.000 de hoy, lo cual no es poca plata***. En publicaciones posteriores[2] [3] [10], Yofre repite lo ya dicho en el libro, pero además se pregunta cual sería el origen de ese dinero ¿la administración pública?¿alguna empresa privada interesada en las políticas de Frondizi?. Desgraciadamente, no da ninguna respuesta.
Se puede formular otra pregunta ¿la expectativa de esos pagos influyó en que recién en junio de 1959 Perón denunciara el pacto, a pesar de que mucho antes ya criticaba fuertemente las acciones de Frondizi?
Durante 1958 Perón mantuvo además una intensa correspondencia con sus seguidores y se informaba de los desacuerdos y enfrentamientos entre distintos dirigentes y fracciones. Galasso cita a Américo Barrios: «La guerra la hacía epistolarmente, y con mucha eficacia. Despachaba millares de fotografías con dedicatoria y firma de su puño y letra, y escribía innumerables cartas cada día durante todo su exilio»
Seguía siendo intensa la correspondencia con Cooke, a quién comenzaba a criticar y a desplazar lentamente del puesto de virtual heredero para el que anteriormente lo había designado. En los primeros meses de 1959 Cooke desaparece prácticamente de la conducción y aparece Alberto Manuel Campos como Delegado del Consejo Superior
Como es sabido, Cooke se fue radicalizando cada vez más, se fue a vivir a Cuba y trató infructuosamente de convencer a Perón de hacer lo mismo. Ya fallecido, las guerrillas peronistas o formaciones especiales, como las llamó alguna vez el General, lo adoptaron como uno de sus principales ideólogos. En el extremo opuesto, Campos fue asesinado por Montoneros en 1975, siendo Intendente de San Martín.
Por supuesto también recibió un importante número de visitas de dirigentes políticos y sindicales que lo visitaron en Ciudad Trujillo y hasta hubo en agosto de 1958 una conferencia con un grupo de dirigentes políticos y sindicales peronistas para discutir la reorganización del movimiento. Fue en esa conferencia donde Augusto T. Vandor se encontró por primera vez con Perón[1]. Años después Vandor sería asesinado por una de las formaciones especiales, que lo consideraba un traidor.
Fuera de la política recibió visitas como la del as de la aviación alemana durante la guerra, Hans Ulrich Rudel. Este había hecho amistad con Perón cuando estuvo refugiado en nuestro país. También habría andado por allí Pascual Pérez, el campeón mundial de boxeo y amigo de Perón, que hizo una pelea en RD en 1958[1].
Todo parecía perfecto pero la situación de la República Dominicana se volvía inestable y preocupaba. Según Barrios el nivel de vida era muy bajo y veía posible «una convulsión popular, similar a la de Caracas». Perón habría recibido del mismo Trujillo y de informantes en EEUU que se había «decidido cortarle la cabeza al Generalísimo» y promover una revolución, por lo que ya estaría haciendo algunas gestiones para irse a España. Finalmente el 27 de enero de 1960 el General y sus acompañantes partían en avión hacia España. Pocos días antes y como último acto político desde República Dominicana había enviado un documento a Buenos Aires ordenando a sus seguidores el voto en blanco en las elecciones legislativas de marzo[1].
Según Galasso [6] «El pasaje lo abonó Trujillo pues el General no estaba en condiciones de afrontar la ingente suma». Evidentemente ignoraba que no mucho antes había recibido el equivalente de unos 4 millones de dólares actuales.
PERÓN Y TRUJILLO
Según todas las referencias que conozco Perón y Trujillo nunca se habían encontrado personalmente antes de la llegada del argentino a RD. Un intento de probar la utilidad de la inteligencia artificial (IA) para este tipo de estudio usando el hoy tan de moda ChatGPT me llevó en algún momento a dudar de ese hecho. Sin embargo, como cuento en otra entrada (Una pelea del ChatGPT con la Historia) pronto me di cuenta que este nuevo recurso no era, por lo menos en el estado de desarrollo en que se encuentra, confiable para este uso.
Lo que sí es cierto es que ambos dictadores habían mantenido relaciones cordiales desde hacía muchos años. Así, para el cumpleaños del Generalísimo en 1951, el General argentino le regaló un excelente ejemplar de toro de raza, destinado a mejorar la calidad del ganado de su finca favorita, la Hacienda Fundación. También, con el mismo propósito le habría enviado un técnico en ganadería. Más tarde le había regalado un caballo llamado Buenos Aires, que Trujillo mandó a buscar y trasladar en avión. En julio de 1954 Perón había recibido la Gran Cruz de Oro Heráldica de Cristóbal Colón, que le entregó un delegado personal de Trujillo[12].
Tomas Eloy Martínez [13] mostró, en base a tres cartas de 1957 que le regaló el mismo Perón, la amistad y entendimiento que había entre ellos. Así Trujillo lo trata como «Mi querido amigo» y se despide renovando «…las seguridades de mi más sincera amistad personal y de mi cordial afecto.» y «le saluda con el cordial afecto de siempre.» Por su parte Perón también lo trata de querido amigo, se refiere a la «Patria Dominicana, con la que cada día estamos más identificados, a través de su insigne Benefactor.» y se despide con «mis mejores deseos y mi afectuoso abrazo». El intermediario en esta correspondencia fue Ramón González Torrado, el mismo que sirvió de intermediario para los pagos de Frigerio, que representaba en Caracas las empresas de Jorge Antonio, que aún estaba preso en argentina. Una de las actividades era la venta de caballos de un haras de Jorge Antonio, por la que Perón cobraba una comisión del 10%. Como prueba de amistad, Trujillo compró todo el lote del haras, con lo que Perón habría obtenido U$S100 ó 120000, los que habría usado en parte para ayudar a los comandos de exiliados peronistas [4]. Notar que, como mostramos antes, esto equivaldría en la actualidad a por lo menos U$S 900.000.
Al llegar al país Perón fue recibido con gusto por Trujillo. Según el colaborador de Trujillo y más tarde presidente del país en varios periodos, Joaquín Balaguer: “Desde su llegada al país, provisto del salvoconducto correspondiente, fue rodeado de la mayor consideración por parte de Trujillo y de su gobierno”[14]. Mientras que según Américo Barrios cuando Perón se marchó a España «Trujillo estaba emocionado, le había cobrado mucho afecto al general Perón, en relaciones de mucha sobriedad, por encima de las cuales, evidentemente, había un ostensible respeto y verdadero cariño».
Este trato que recibió Perón por parte de Trujillo contrasta notablemente con el que recibieron en la misma época otros derrocados que buscaron asilo allí [14]. Poco antes que Perón había llegado Pérez Jiménez que había huido de Venezuela en su avión personal. Dueño de una gran fortuna como conté anteriormente, para octubre de 1958 ya vivía en Miami. Estuvo unos pocos meses y hay poca información sobre su estadía, pero el mismo Joaquín Balaguer, escribió que fue tratado por el Generalísimo “con frialdad y aun con grosería”.
Peor fue la experiencia de Fulgencio Batista, quién huyó de Cuba en varios aviones y con una numerosa comitiva de familiares y colaboradores. Llevaba consigo varios millones de dólares y Trujillo le exigió una suma millonaria para dejarlo aterrizar. Más tarde le exigió que pagara de su propio peculio, por supuesto mal habido, deudas que del gobierno cubano y hasta llegó a encarcelarlo un par de días para obligarlo[14]. Por supuesto, en cuanto pudo Batista se fue y terminó refugiado en España, al igual que Pérez Jiménez y Perón.
Trujillo dio a Perón plena libertad para hacer lo que quisiera, le asignó un asistente militar y se hizo cargo de los gastos del cuidado de su salud. Además como sabía que estaba corto de fondos le hizo llegar 25.000 dólares, lo que en moneda de hoy serían unos U$S 225.000. Una cifra como para ir tirando. Los peronistas se movían con libertad dentro del país y en sus entradas y salidas del país pero, para asegurar la seguridad del General, Trujillo controlaba personalmente las visas de argentinos, consultando con frecuencia a Américo Barrios antes de aprobarlas.
Perón se sintió muy tranquilo al llegar a Republica Dominicana. Años después Perón diría » “Respiré cuando llegué a Ciudad Trujillo” “porque me sentí en tierra amiga.»[1]. Inicialmente se alojó en el lujoso hotel Jaragua pero como no le gustó porque «…era demasiado lujoso para mí y estaba lleno de americanos, y como los americanos me producen alergia…»(sic) le pidió a Trujillo ir a otro lado y «me trasladó a un Hotel del Gobierno que se llamaba hotel Pax , donde vivían los funcionarios, y allí estuve un año. Me cansé y fui a verle. «Mire Jefe-le dije-voy a alquilar una casita para vivir en las afueras», y él me ofreció una quinta a orilla del mar, una quinta maravillosa, donde viví como en el paraíso terrenal. Por la mañana paseaba entre palmeras con Isabelita y llegábamos hasta el mar. ! Era una maravilla!»[citado en referencia 15]
Perón y Trujillo se encontraban frecuentemente, según diría Perón comían y hablaban extensamente una vez por semana[16] y en alguna ocasión fue invitado a compartir el palco del Generalísimo en un acto público. Se cuenta que Perón dice que solía darle consejos políticos y le sugirió programas de ayuda social y hasta una reforma agraria, lo que Trujillo rechazaba amablemente con argumentos que se podrían caracterizar de racistas. En cambio si habría aceptado algunos consejos prácticos como el de no dejar mucho tiempo a los funcionarios en un mismo puesto para que no se «envalentonen y crean necesarios» y recibió con atención sus críticas acerca de una excesiva amistad con los gobiernos de EEUU
El biógrafo oficial Perón, Enrique Pavón Pereira, en su obra Yo, Perón [17] (escrita en primera persona como si el que hablara fuera el mismo General y basada en gran medida en los relatos y documentos del mismo) confirma muchos de estos puntos y añade frases como: «Podría decir que mi estancia allí era muy placentera» y «Tuvimos todo para ser felices, es más, lo fuimos y eso es lo que más duele. Haber probado la dicha y estar privado de ella», aunque también «Cada tanto me asaltaba la melancolía, y también Isabelita estaba llena de nostalgia.». También añade en tono ligeramente crítico «Me preocupaba que Trujillo siguiese los pasos de Pérez Jiménez, era otro que no había sabido aprovechar el poder para transformar la realidad social de su país. En cuanta ocasión tuve traté de convencerlo de que teniendo todo en la mano era su obligación moral dignificar al hombre dominicano». Por supuesto hay que tener en cuenta que el libro de Pavón Pereira es una obra apologética y casi podría decirse una hagiografía.
Una anécdota curiosa cuenta que al llegar un nuevo representante papal a República Dominicana llamado Lino Zanini, Perón se asustó creyendo que era el mismo que había estado en la Argentina en la época de su enfrentamiento con la Iglesia. Por ello le avisó a Trujillo que el nuevo nuncio venía a derrocarlo. Se confundía ya que el nuncio papal en Argentina se llamaba Mario Zanin y solo tenía en común con Zanini un apellido similar[15][18]. Lo cierto es que, igual que Perón, Trujillo terminó muy enfrentado a la Iglesia Católica.
En realidad la relación de Perón con Trujillo y su familia no parece haber terminado cuando se fue a España. En efecto, en 1960 un periódico estadounidense señalaba que Trujillo ( que probablemente vería que el fin de su dictadura se aproximaba) estaba comprando propiedades en España y Suiza[19]. No suena disparatado ya que en ese momento, recién llegado a España, Perón estaba residiendo en Torremolinos. También estaba en estrecho contacto con Silvio Tricerri, uno de los empresarios que se había enriquecido durante su mandato y que ahora vivía en Suiza, país donde Perón buscaba radicarse. Incluso se sabe que Isabel viajó a Suiza en febrero de 1960[1] [4] [21]
Por otro lado, en 1964 la agencia France-Press informaba en 1964 que “La familia Trujillo inauguró en el pasado mes de agosto una suntuosa residencia en el aristocrático barrio madrileño de Puerta de Hierro, a la que asistió como amigo y vecino el ex-dictador argentino Juan Domingo Perón…”[19]. Los hijos y otros familiares del Generalísimo se habían refugiado en España después de su muerte.
Años más tarde, quién fuera por muchos años secretario de Ramfís Trujillo, el hijo preferido del Generalísimo, escribió en sus memorias, que en Madrid Perón se reunía frecuentemente con su hermano Rhadamés[19].
Finalmente vale la pena comentar cual fue la evaluación de Perón sobre Trujillo. Como señala Page[1] «Perón no vio nada de malo a su alrededor en los dos años que pasó en la República Dominicana». Esto a pesar de que estadía en República Dominicana coincidió con la época más aguda de la represión trujillista (ver Apéndice II). Más aún, años después diría «Trujillo era un hombre bueno. Lo habían atacado, lo querían destruir, pero el defecto de Trujillo era su excesiva bondad y a todos perdonó. Yo he vivido en Santo Domingo junto a Trujillo y si hay alguna persona que lo conozca, soy yo. Comíamos juntos una vez por semana y hablábamos horas enteras. Le conozco a fondo. Era un hombre paternal»(sic)[16].
APENDICE I: LA REPÚBLICA DOMINICANA ANTES DE TRUJILLO
Como otros países por los que anduvo Perón en esos años, su nuevo refugio había tenido una historia sumamente agitada [22]. Pocos meses después de independizarse de España en 1821, fue dominada por sus vecinos haitianos, con quienes compartía la isla La Española. Haití, ex-colonia de Francia y poblada mayormente por esclavos, se había independizado en 1804. Tenía más habitantes, la mayor parte de raza negra y una minoría dominante de mulatos. Durante gran parte del siglo XIX fue más rica y fuerte que su vecina.
Recién en 1844 lograron los dominicanos independizarse de Haití, pero por 15 años debieron resistir las invasiones de sus vecinos. Muy pronto nacieron facciones con sus caudillos, que se enfrentaron entre sí por largos años. Las rivalidades políticas y la debilidad de la nación originó varios proyectos para lograr la protección o aún la anexión a otra nación. Así, en 1861 la facción que gobernaba pidió que se restaurara el dominio español. Sus rivales se alzaron en armas y lograron en 1865 una nueva independencia.
Siguió una época de caos administrativo, guerra civil y enfrentamientos. Los dos bandos se enfrentaron continuamente, alternándose en el poder y manteniendo al país en una situación de atraso y pobreza. El mayor producto de exportación era el tabaco, vendido principalmente a comerciantes alemanes. Los distintos gobiernos recurrían al crédito extranjero, sobre todo de Europa, que usaban en gran medida para financiar las constantes luchas políticas.
Tras muchos años de inestabilidad, en 1882 llegó al poder Ulises Lilis Heurault, un militar de origen popular que, con gran habilidad política, dominó al país dictatorialmente por largos años. Esto trajo un periodo de estabilidad con cierto progreso y mejora de la situación general. En esa época comenzó y creció la producción de azúcar y la exportación de café y cacao, destinado principalmente al mercado estadounidense. Con ello la influencia económica fue desplazándose progresivamente desde Europa a los EEUU.
El progreso económico trajo consigo un aumento de la estratificación social. Creció una clase pudiente formada principalmente por funcionarios, terratenientes, comerciantes y financistas. Al mismo tiempo se acentuaron las diferencias y la discriminación según el color del piel. Una piel más oscura indicaba mayor proporción de sangre africana, originalmente esclava, que se suponía inferior. Paradójicamente, esta situación fue generada por el periodo de orden y paz del gobierno de Heureaux, cuyos rasgos físicos mostraban a las claras sus antepasados africanos.
La tranquilidad terminó bruscamente en 1899 cuando Heureaux fue asesinado. El crimen fue planeado por los mismos sectores dominantes que habían crecido bajo su gobierno. Como antes, inmediatamente se formaron dos facciones y volvieron los enfrentamientos. Aparecieron además algunos caudillos locales que dominaban regiones enteras. Por eso, los primeros años del siglo XX fueron de una inestabilidad semejante a la que siguió a la segunda independencia. Se sumaban los reclamos de los acreedores internacionales y en varias ocasiones barcos de guerra europeos llegaron para apoyar esos reclamos.
La idea de un protectorado surgió nuevamente y el candidato natural era ahora EEUU. Fue así que en 1907, un tratado permitió que dicho país controlara las aduanas y los gastos del gobierno, a cambio de una renegociación y reducción de la deuda. La injerencia de los EEUU fue creciendo a medida que pasaban los años y la inestabilidad política no decrecía. Finalmente, en 1916 se decidió la ocupación militar del país y el desembarco de un cuerpo de marines. En un par de meses y tras algunos breves combates, casi todo el país quedó bajo el control de los invasores y se designó gobernador al contraalmirante Harry Shepard Knapp.[23]
Los Marines impusieron el «orden» en la mayor parte de la república, pero en la región oriental les llevó seis años controlar a los que llamaban «gavilleros» y consideraban delincuentes comunes. Se trataba, en realidad, de guerrillas formadas en gran parte por campesinos que perdían sus tierras al expandirse las grandes plantaciones azucareras. En una zona rural, todavía aislada y con mucha influencia del caudillismo tradicional, lucharon denodadamente contra los invasores. Las fuerzas de ocupación cometieron innumerables abusos, incluyendo torturas, asesinatos y violaciones, lo que exacerbó la resistencia de la población. La justicia, creada por los invasores, fue muy tolerante con dichos abusos, los cuales estaban teñidos de racismo, ya que gran parte de la población era total o parcialmente de origen africano[24]. Recién en 1922 se logró dominar a las últimas de estas guerrillas.
Se reconoce que la ocupación tuvo algunos efectos positivos: se equilibró el presupuesto, disminuyó la deuda externa y se retomó el crecimiento económico, hubo reformas positivas en la educación y la salud pública, se desarmó a la población y terminaron los continuos enfrentamientos entre facciones, se realizaron importantes proyectos de infraestructura como carreteras que por primera vez unieron todas las regiones del país. Pero quizás las mayores consecuencias las tuvo la creación de la «Guardia Nacional», una organización militar profesional entrenada por los marines, que reemplazó a las anteriores y participó activamente en la lucha contra los «gavilleros» cometiendo numerosas atrocidades.
Hacia 1922 había crecido la oposición a la ocupación y el desgaste producido por la lucha contra los gavilleros y las campañas desarrolladas por intelectuales dominicanos tanto en el país como en el exterior influían negativamente en la opinión pública estadounidense. Además había asumido el presidente Warren Harding, contrario a las intervenciones militares en los países de la región [25]. Fue así que se comenzó a negociar el retiro de los invasores, se nombró a un presidente interino que organizó las elecciones y una vez concretadas estas y que asumió el electo Horacio Vásquez, los últimos marines se fueron en septiembre de 1924.
Sin embargo, no debe creerse que los EEUU se retiraban en forma incondicional. En efecto, las aduanas permanecerían bajo el control de un funcionario designado por los Estados Unidos hasta que todas las deudas de la República fueran saldadas.
APENDICE II: RAFAEL LEONIDAS TRUJILLO
La Llegada Al Poder: Rafael Leónidas Trujillo Molina nació en 1891 en la localidad de San Cristóbal, muy cerca de la capital Santo Domingo. Durante su juventud fue muy amante de fiestas y parrandas y anduvo de una actividad a otra: fue telegrafista, guerrillero en luchas civiles y rebeliones, empleado de seguridad en la industria azucarera etc. También se dice que, junto con su hermano José Arismendy Petán Trujillo, se dedicó al cuatrerismo y otras actividades delictivas y ya por entonces tuvo una acusación por violación [26] [26b] [27]. Su vida tomo un camino definitivo recién en 1918, cuando los ocupantes yankees crearon la Guardia Nacional para combatir a los gavilleros que los resistían. Trujillo se incorporó a ese cuerpo dirigido por los marines, cursó su escuela de oficiales y ascendió pronto en grado y responsabilidades[26] .
Si bien no estuvo libre de dificultades, como una acusación y juicio por la violación de una menor siendo teniente [26] [26b] [28] [29], participó activamente en la lucha contra los gavilleros y en los excesos cometidos por las fuerzas ocupantes[26]. Su desempeño tuvo el beneplácito de los oficiales yankees [29] y al retirarse estos en 1924 había alcanzado el grado de mayor.
Había ganado las elecciones el General Horacio Vásquez. Era un antiguo caudillo político, muy activo en las turbulencias previas a la ocupación norteamericana y que ya había ocupado la presidencia del país. La Policía Nacional creada por los ocupantes había quedado como única fuerza militar y en 1925 el presidente designó a Trujillo como Coronel-Comandante de la misma. Poco después, esa fuerza se transformó en ejercito y Trujillo, ascendido a General de Brigada, fue su Comandante en Jefe. Se ocupó entonces de convertirla en un instrumento totalmente fiel a su persona [30].
El gobierno de Vásquez fue un periodo de prosperidad económica, pero volvieron a aparecer las facciones rivales y la corrupción. El presidente logró prolongar su mandato de cuatro a seis años y quería seguir por un nuevo período, lo que originó una fuerte oposición y una marcha sobre la capital. Trujillo se mantuvo prescindente, y Vásquez, ya sin sustento y enfermo, debió renunciar. El opositor Rafael Estrella Ureña quedó a cargo del gobierno y de organizar nuevas elecciones [22] . Para algunos autores, Trujillo estaba detrás de este proceso, con la intención de llegar al poder aprovechando que Vásquez le tenía una confianza absoluta [30].
Efectivamente, se presentó la candidatura de Trujillo a presidente con Estrella Ureña como vice. Los llamados horacistas, partidarios del anterior presidente, llevaron sus propios candidatos, en alianza con otras fuerzas. La campaña estuvo signada por la violencia ejercida contra ellos. Bandas de matones, entre los que se destacaba la pandilla llamada La 42[31] [32] [33], y también el ejercito, cometieron infinidad de actos de violencia, incluyendo asesinatos, contra los opositores a Trujillo. Fue tanto que la Junta Electoral entera renunció y la oposición se retiró de la elección. Se dice que hubo unos cien asesinatos. Con gran abstención, Trujillo ganó con la casi totalidad de los votos emitidos. El 16 de agosto de 1930 asumió la presidencia y la mayor parte de los dirigentes de la otra lista salieron de inmediato hacia el exilio [30] [31]
Desde entonces y hasta su asesinato en 1961, Trujillo, o el Jefe, como lo llamaban todos los funcionarios y partidarios de su gobierno, dominó el país en forma absoluta, aunque en ocasiones hacía elegir presidente a un títere, al que controlaba estrechamente, para volver al cargo cuando se le antojara. Durante su dominio su Partido Dominicano ganó todas las bancas en todas las elecciones legislativas. La suya fue probablemente la más feroz dictadura que se recuerde en Latinoamérica.
Lo Bueno: Antes de contar las barbaridades de Trujillo, es justo mencionar que su largo gobierno no dejó de tener efectos positivos. Un autor sumamente crítico en otros aspectos los describe así: » …es el verdadero creador del Estado dominicano…. la vida dominicana cambió radicalmente. Se construyeron grandes estructuras, puentes, carreteras, comunicaciones, casas, canales de riego, hospitales, dispensarios médicos, se desecaron las ciénagas, se sanearon los campos; fueron conjuradas las principales enfermedades que diezmaban a la población; se impusieron los hábitos de trabajo….se intensificaron las exportaciones de café, cacao, azúcar; se multiplicó la producción de alimentos; todo el país se transformó en una vasta plantación agrícola…»
Y sigue: «se rompieron los círculos cerrados de…gente de primera y gente de segunda, se desarrolló el acceso gratuito a la educación elemental y universitaria, construyendo escuelas en todas las provincias,….se produjo una integración de las provincias,…surgió una nueva clase de profesionales y de personas que mediante el esfuerzo, el trabajo y el mérito lograron franquear las limitaciones sociales… Se transformó la fisonomía social de país; las leyes laborales del Código Trujillo; la ley del voto y la igualdad jurídica de la mujer, la creación de la moneda nacional, la liberación de las aduanas del control estadounidense, y el desarrollo de la cultura y la instrucción escolar, de las bellas artes y la literatura y de las competencias deportivas…generaron una actitud optimista que había penetrado a toda la población. Trujillo impuso la obligación de honrar la bandera, el himno, los Padres de la Patria, las fiestas nacionales, y así logró echar raíces un sentimiento de pertenencia a la nación….» [34] Un inventario que no es nada despreciable.
Una inmensa fortuna: A medida que avanzó en su carrera militar, Trujillo había hecho negocios con los suministros, y cuando llegó al mando de la fuerza armada ya era rico y poderoso. Como jefe de la fuerza, prácticamente la convirtió en un negocio particular. Un informe de consultores estadounidenses, pedido por Vásquez, probó sus maniobras delictivas pero el presidente le renovó su confianza. Ya en el poder, Trujillo eliminó la competencia estableciendo monopolios estatales en diversos ramos de la economía (sal, arroz, carne, leche etc.) que, además de aumentar los precios, le permitieron enormes beneficios personales. Con los fondos obtenidos en estos negocios, compró o se asoció a muchas empresas, en muchos casos obligando a los dueños a vendérselas. Este fue, por ejemplo, el caso de una aseguradora. Una vez que fue de Trujillo, se quedó con el monopolio de los seguros del estado. Otros negocios fueron desde la prostitución (sic) a la exportación de frutas, las comisiones en contratos de obras publicas, el 10% de los salarios de los empleados públicos retenidos para el Partido Dominicano, fondos que él mismo administraba etc [29].
Su política impositiva favoreció el desarrollo industrial y la aparición de numerosas empresas. Las que eran rentables tuvieron que, voluntariamente o no, asociarse al dictador. La demanda generada por la guerra mundial y la de Corea favorecieron notablemente este desarrollo. Al terminar la guerra mundial el complejo industrial de Trujillo incluía la producción de cemento, alcohol, bebidas y licores, papel, cartón, productos lácteos, mármol, pinturas, harina, clavos, vidrio y botellas, café, arroz, textiles, tejidos, prendas de vestir, etc. [29].
Uno de los negocios más importantes de Trujillo fue el azúcar, tradicional producción del país. En 1949 comenzó a construir un modesto ingenio, pero con el correr de los años compró casi todos los existentes y se convirtió en el mayor productor del país. Cuando murió, solo había dos que no fueran de su propiedad y estaba negociando la compra de uno de ellos [29].
También era el mayor terrateniente del país. Especialmente en su enorme Hacienda Fundación, cercana a Santo Domingo y su lugar favorito, tenía un enorme número de cabezas de ganado, habiendo logrado animales de gran calidad. Esta antigua hacienda (para nosotros estancia) la compró ya en el poder y la expandió incansablemente a costas de sus vecinos, forzándolos a venderle o entregarle sus tierras[35]. Esta práctica fue también usada por varios de sus hermanos para expandir su propios latifundios. También era propietario de grandes reservas forestales con las que monopolizaba la producción de madera. Su imperio económico había crecido de tal modo que empleaba el 43% de la fuerza laboral del país. Como un 15% era empleado por el estado, casi el 60% de las familias del país dependían directamente de su voluntad [29].
Homenajes, monumentos y otros caprichos: Como a otros dictadores, a Trujillo le encantaban las honras y honores. Así, fue acumulando títulos como Generalísimo, Benefactor de la Patria, Padre de la Patria Nueva, Restaurador de la Independencia Financiera, Primer Maestro, Primer Periodista, Primer Escritor, Paladín de la Libertad, Invicto de los Ejércitos Dominicanos, Primer Agricultor Dominicano, Genio de la Paz, Protector de Todos los Obreros, Héroe del Trabajo, Primer Anticomunista de América. También quiso ser declarado Benefactor de la Iglesia Católica y el fracaso en este propósito causó un grave conflicto. Quienes lo rodeaban se referían a él como El Jefe y todos lo trataban de Excelencia, aún cuando dejaba la presidencia en manos de su hermano Héctor Bienvenido Negro Trujillo u otro títere, ya que el seguía teniendo el poder real [26] .
Era extremadamente elegante y cuidadoso de su vestimenta, aún estando de civil. Amaba los uniformes vistosos y los entorchados y era famoso su sombrero bicornio con plumas. También disfrutaba de cubrirse el pecho con condecoraciones y medallas que se le otorgaban con cualquier excusa. Según algunos, este era el origen del popular apodo chapita, con el que muchos se referían a él, aunque otros dicen que lo llamaban así desde su infancia [26] .
El extremo cuidado de su vestimenta lo hacía extensivo a todos los que estaban cerca, en particular a los militares y funcionarios, a los cuales no les perdonaba ningún descuido en ese aspecto. Cualquiera podía ser humillado o aún caer en desgracia por un detalle de esta naturaleza o, por ejemplo, por no honrar adecuadamente al Jefe en un discurso [26] .
También como otros dictadores, puso su nombre o el de sus familiares a ciudades, calles y avenidas y llenó los pueblos con sus estatuas gigantescas, sus bustos e imponentes retratos. El ejemplo más notable fue el cambio de nombre de la capital, Santo Domingo de Guzmán, la ciudad europea más antigua de América, fundada en 1496, por el de Ciudad Trujillo. Al mismo tiempo hizo erigir en su honor un obelisco, como el que honra a George Washington en la capital de EEUU. También creó una provincia con capital en su ciudad natal, San Cristóbal, y que como no podía ser de otra forma se llamó Provincia Trujillo, mientras que a otra la llamó Provincia Benefactor.
Crímenes y atropellos: América Latina tuvo muchos dictadores que cometieron crímenes y abusos de todo tipo. Ya hablamos por ejemplo de Stroessner, Somoza y Pérez Jiménez y no fueron los únicos, pero en este rubro Trujillo es muy difícil de superar. Veamos.
Existe en RD el llamado Museo Memorial de la Resistencia, dedicado a rescatar la memoria de las luchas contra la dictadura. Su departamento de investigación indaga las muertes o desapariciones durante el trujillato y estudia si fueron causadas por disidencia política o por crímenes comunes y lleva un registro documentado de los casos.
Según la directora del museo [36] [37], las victimas contabilizadas son más de 50.000, a las que deben sumarse quienes «solo» sufrieron torturas. Este numero incluye a las victimas de algunos casos resonantes y a innumerables disidentes políticos, pero también a quienes murieron «…simplemente por ser familiares de un enemigo del régimen, por negarse a trabajar en las empresas y plantaciones del dictador, o por no venderle sus propiedades». Como ejemplo de estas atrocidades, se puede mencionar a más de 100 obreros que trabajaron en obras del régimen y en vez de recibir el pago por su trabajo fueron asesinados y enterrados en fosas comunes o la matanza de más de 15000 haitianos que vivían en RD cuando Trujillo ordenó «exterminarlos». Para poner estas cifras en contexto hay que señalar que en 1935, o sea en los primeros años del gobierno la población del país no llegaba a 1.3 millones[22] y que en 1961, cuando fue asesinado, era de solo 3.3 millones [38]
De las tres décadas que duró la dictadura, la primera y la última fueron las peores. En la década del 40 el dictador intentó mejorar su imagen y dar la imagen de mayor libertad. Dentro de esa apertura democrática hasta permitió la creación de partidos políticos, además de su Partido Dominicano. No duraron mucho, ya que los eliminó cuando vio que se fortalecían, pero aprovechó sus registros para identificar y perseguir a los disidentes.
Finalmente, la represión aumento en la década de 1950 y alcanzó su máximo en los últimos tres años (1959-61) en los que se registró la persecución de los movimientos opositores clandestinos que se iban creando. Dentro de esta persecución ocurrió el famoso caso de Las Mariposas, en cuyo recuerdo se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Para no aburrir a todos con tanto detalle dejo para el Apendice II el relato de algunos de los crímenes mas notorios.
La represión de los opositores era manejada principalmente por el Servicio de Inteligencia Militar, destacándose por su brutalidad y sadismo su último jefe, el coronel Johnny Abbes. Este era quizás la persona más cercana a Trujillo en los últimos años de su dictadura. Se trataba de un agente que había participado por años en actividades de espionaje y asesinatos en los países cercanos y en otras misiones encargadas por el Generalísimo. Una de ellas fue ayudar a alcanzar el poder en Haití a Papa Doc Duvalier, así como a organizar a los famosos Ton Ton Macoutes que sembrarían el terror em ese país. Su crueldad y sadismo eran legendarios y «La sola mención de su nombre causaba pánico entre civiles y militares, incluyendo a generales de cualquier rama«. Después de la muerte de Trujillo termino en Haití donde el mismo Duvalier lo hizo asesinar[39]
En realidad, los 50000 asesinados no fueron las únicas victimas. Muchos de ellos fueron torturados antes de morir, pero hubo muchos que pasaron por la tortura y salvaron la vida. Fue muy famoso el centro de tortura conocido como la 40 y considerado la expresión extrema de la represión y crueldad en la dictadura. La silla eléctrica era un sillón forrado con hojas de cobre donde se sujetaba a los presos conectando un dispositivo que aumentaba progresivamente el voltaje. Era el método de tortura más usado, aunque no el único. En los últimos años, Ramfís Trujillo había organizado su propio centro de torturas, con características similares y que por su ubicación era conocido como la cárcel del kilometro 9. Allí fueron torturados los invasores de 1959 (ver #)[40].
Un testimonio directo muy interesante de esto último es el de la argentina China Escobar, hija del embajador de nuestro país en República Dominicana en 1960, que vivía allí y tenía entonces 20 años. En su blog Recuerdos de mi vida II ( Blog en construcción) relata el caso de unos cincuenta jóvenes que se refugiaron en la embajada, muchos de ellos torturados, y las historias que contaban.
Los placeres del Chivo: Mencione en el inicio, que la historia de Urania era la parte novelada del libro de Vargas Llosa La fiesta del chivo. Esencialmente se trata de la hermosa hija de una íntimo colaborador del generalísimo con la que Trujillo se encapricha y a la que su padre entrega para conservar los favores del dictador. El caso es que esta parece ser la historia real de muchas mujeres, como muestran numerosísimos testimonios. Recordemos que, como dije antes, desde muy joven tuvo acusaciones por violación.
En su enorme Hacienda Fundación, Trujillo se había hecho construir la llamada Casa de Caoba en la cual se refugiaba cuando se iba de la capital. En el libro del mismo nombre [35] se cuenta como allí el dictador cometía la mayor parte de sus abusos. Para ello tenía una red de maipiolos****, que andaban a la caza de niñas para El Jefe. También algunos funcionarios de alto rango hacían lo mismo. Incluso algunos le prestaban sus esposas o le facilitaban parientes agraciadas, hasta con menos de 15 años. Si bien hubo padres que «cayeron en desgracia» por dificultarles a los maipiolos o al mismo Trujillo acceder a sus hijas, otros las vestían especialmente y se paraban con ellas en los accesos a la Casa de Caoba para enseñárselas. En San Cristóbal, su ciudad natal había varias casas, obsequiadas por Trujillo a sus amantes y un emisario distribuía dinero para su manutención. El autor de ese libro cuenta haber sido presencial de todo esto en su infancia.
En realidad, un conocido historiador dominicano[41] señala que su refugio de la Casa de Caoba no era el único lugar que usaba para «…despojar de su virginidad a bellezas núbiles…», sino que había una «…amplia red de centros de orgías…», los cuales menciona. También cita párrafos textuales del antiguo colaborador de Trujillo y varias veces presidente del país después de la muerte del dictador, Joaquín Balaguer. Por la categoría del autor, estos párrafos, que confirman lo dicho anteriormente no tienen desperdicio: «Amigos obsequiosos cuya ocupación principal consistía en coleccionar mujeres para el harén del César, llevaban con frecuencia a esas veladas a aquellas que habían sido escogidas por él, entre las muchas que aspiraban a su protección o que acercarse al personaje todopoderoso en busca de algún favor para sí o para alguno de sus familiares. El día antes de su partida para Fundación, solían desfilar por el Despacho de Trujillo una gran cantidad de aspirantes, por lo general bellezas núbiles destinadas a alegrar la senectud melancólica de éste don Juan marchito. Las candidatas eran traídas desde diversos lugares de la República y pertenecían a todas las categorías sociales.»
Finalmente el autor señala, con abundancia de referencias, que el considerado habitualmente como un super macho también tenía inclinación por ciertos favoritos que eran conocidos homosexuales. Al respecto, cita distintos testimonios que dan cuenta de características femeninas de la personalidad del Generalísimo, para dejar abierta la pregunta «¿Era Trujillo el gran macho o el gran bisexual ?»
Una Gran Familia: Trujillo tuvo una familia muy grande y muchos de sus integrantes (padre, hermanos, sobrinos…) ocuparon funciones relevantes en la dictadura [49]. Era el tercero de once hermanos, aunque su padre tuvo además varios hijos extramatrimoniales. Todos sus hermanos varones, salvo uno, llegaron a ser Coroneles o Generales del Ejercito.
Virgilio, el mayor de los hermanos, que ocupó varios puestos públicos y llego a ser un gran terrateniente, acaparando tierras obtenidas mediante extorsiones y presiones [19] [42].
Héctor Bienvenido (Negro): Era el hermano menor y favorito de Trujillo, hasta el punto que llego a designarlo Generalísimo. Varias veces ocupó el cargo de presidente. Habría sido el menos nefasto de los hermanos, aunque aprovechó sus funciones para reunir una considerable fortuna que logró sacar del país. También se lo caracteriza como un mujeriego y violador que perseguía a las mujeres de sus subordinados para humillarlos [19] [43]
Aníbal Julio desde adolescente tenía trastornos mentales y decía ser Emperador del Caribe. Pese a eso, Trujillo lo designó Jefe de Estado Mayor del Ejército. Entonces proclamaba que era Julio César frente a la tropa formada. En una oportunidad hizo amarrar a un grupo de agricultores y cargo contra ellos sable en mano gritando !quiero ver sangre yo soy el emperador Julio César!. Sus soldados mataron a los sobrevivientes. Enterado Trujillo, ordenó que todos los participantes fueran fusilados, incluyendo su hermano. Sin embargo, su madre logró sacar a Aníbal del lugar, salvando su vida, no así la de 27 militares y capataces que estaban a su servicio. Se suicido en 1948 y Trujillo no asistió a su entierro.[44]
José Arismendi (Petan): Compañero de delitos del Generalísimo en los primeros años, continuó con actividades ilegales hasta que su hermano estuvo encumbrado. La región de Bonao era su feudo privado, con su propio ejército y cárcel para los que resistieran sus ordenes. Quitaba tierras, se apropiaba de mujeres e imponía un impuesto personal a los productos de la región. Se hizo muy conocido por fundar una emisora de radio que llego a ser el inicio de le TV en el país[19].
Amable Romeo (Pipí): El único que no tuvo grado militar y según muchos el menos preparado, pero lleno de negocios turbios, incluyendo el control de las prostitución de todo el país. Esto ocurría porque todas las trabajadoras sexuales debían obtener periódicamente una autorización sanitaria y para ello pagarle a Pipí, responsable del organismo que las expedía. Era la popularmente llamada la Tarjeta de Pipí. Habría manejado además una red de tráfico de prostitutas en el Caribe [19] [45]
Pedro (Pedrito): Aparentemente el más insignificante, aunque hizo cierta fortuna con negocios vinculados a la prostitución y al dinero destinado a los presos en las cárceles[45]
A su vez, el Generalísimo tuvo varios hijos de sus tres esposas y de algunas amantes, pero sin duda el más relevante fue su favorito Rafael Leónidas, conocido como Ramfis. Con sólo seis años su padre lo nombró coronel, con los salarios y privilegios del cargo. A los nueve lo ascendió a General de Brigada. Más tarde lo envió a estudiar a la Escuela de Estado Mayor del Ejercito de EEUU, donde no llegó a recibirse. Por el contrario se dio la gran vida y malgasto una fortuna en fabulosos regalos para las mujeres que perseguía, incluyendo conocidas actrices de cine. Fue tanto que en el Congreso de EEUU se llegó a cuestionar la ayuda económica a su país.
De vuelta en RD su comportamiento hizo que su padre decidiera internarlo en instituciones psiquiátricas. Pasado un tiempo, retomó su vida en París para finalmente volver a su país. Al ser asesinado su padre, era Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, la Marina de Guerra y el Ejército Nacional.
Cerca de una base de la Fuerza Aérea de la cual era Comandante, aunque nunca había piloteado un avión, tenía una casa que usaba para sus citas amorosas, francachelas y orgías con sus amigos. Más tarde la convirtió en centro de tortura conocido como el 9.
Tomó el poder y ejecutó una terrible venganza contra varios de los responsables en el conocido como Crimen de la hacienda María. Ramfís se ocupó personalmente de su tortura y ejecución y al día siguiente hizo asesinar a tiros a tres policías para simular un intento de fuga. Finalmente las presiones internas y de EEUU lo llevaron a exiliarse en España, acompañado por buena parte de la familia y llevando una verdadera fortuna, lo que les permitió una vida de lujo y abundancia. Ramfís murió al estrellarse manejando una Ferrari. Tenía 40 años. [46] [47] [48]
El otro hijo muy conocido fue el menor, Rhadamés, quién también fue oficial militar desde niño y enviado a una escuela militar del exterior donde no llegó a nada. Un profesor al que su padre ordenó seguirlo, declaró que “se mostraba flojo de carácter y temperamento, y había que ponerlo en contactos con otras instancias para que fortaleciera su personalidad”. Para otros directamente «se caracterizo por ser un vago y un bueno para nada». Muerto su padre se fue a vivir a Francia, donde se casó y vivía lujosamente hasta que tuvo problemas con la justicia. Más tarde se vinculó con el narcotráfico y en particular con el cártel de Cali, hasta que en 1994 fue asesinado por orden del jefe del mismo [49] [50] [51].
El derrumbe y el fin del Jefe:
Quién fue el último diplomático de EEUU en RD antes de la muerte de Trujillo dijo que su país «sin exactamente aprobarlo» acepto por muchos años a Trujillo dado que «…mantuvo la ley y el orden, limpió el lugar, lo hizo higiénico, construyó obras públicas y no molestó a Estados Unidos. Así que eso estuvo bien para nosotros.» Pero cuando llegó allí (1959) «sus iniquidades habían empeorado tanto que había mucha presión de varios grupos políticos, de derechos civiles y otros, no solo en los EE. UU. sino en todo el hemisferio, de que había que hacer algo con este hombre. Tenía cámaras de tortura, tenía asesinatos políticos y obligaba a la gente a hacer cosas que no querían hacer.» [52] El secuestro de Jesús de Galíndez en Nueva York, su posterior asesinato después de haberlo llevado RD y el asesinato de un ciudadano estadounidense que había colaborado en el hecho, habían contribuido a empeorar la imagen de Trujillo en la opinión pública norteamericana.
Como cuenta el mismo diplomático, después de ser probada la participación de Trujillo en el intento de asesinato de Rómulo Betancourt (presidente de Venezuela, ver Apéndice III) el conjunto de países de América rompió relaciones con RD. Quedaron muy pocas embajadas abiertas en el país y él permaneció sólo como Cónsul. Poco tiempo después, con la ayuda de la CIA estaba en contacto con la creciente oposición interna.
Esta se incrementó notablemente después de las fallidas invasiones de 1959 y su brutal represión. Comenzó un movimiento clandestino de oposición compuesto fundamentalmente por jóvenes, incluso en muchas familias que habían sido parte del régimen. La represión de estos movimientos y en particular el asesinato de las hermanas Mirabal (ver Apendice III) no hicieron más que aumentar los sentimientos opositores y el descrédito del régimen en el exterior.
La ruptura de relaciones de los países de América fue acompañada de sanciones económicas que iniciaron un grave deterioro de las condiciones económica, contribuyendo a la insatisfacción general [29].
También la iglesia católica que, salvo algunas excepciones, había sido favorable o neutral frente al dictador y había recibido muchos beneficios del mismo, fue tomando una postura de oposición. El conflicto comenzó con el capricho del Generalísimo de ser nombrado Benefactor de la Iglesia Católica, que sería uno más entre los innumerables títulos que ostentaba. Los Obispos se resistieron y desde el oficialismo se desato una fuerte campaña contra ellos, incluyendo todo tipo de presiones y amenazas, tanto que algunos obispos optaron por salir del país. Tiempo más tarde dos obispos, uno de ellos ciudadano estadounidense y el otro español, emitieron sendas cartas pastorales, criticando la campaña anticatólica y la represión sobre los opositores. Las presiones y el enfrentamiento fueron crecientes [53]. Fue en esa época que Perón previno a Trujillo acerca del riesgo de un derrocamiento, como le había ocurrido a él.
En ese ambiente fue que un grupo de conspiradores comenzó a planear el asesinato de Trujillo al que seguiría un golpe militar. Entre los conspiradores había gente con las más diversas historias, incluyendo uno que había sido prácticamente el primer promotor de la candidatura de Trujillo a la presidencia. Todos ellos habían ido acumulando ofensas y rencores en distintas circunstancias o repudiaban el sistema dictatorial y los abusos del Generalísimo. El grupo entró en contacto con la CIA, que probablemente los ayudó a disponer de armas. Según el plan Trujillo sería atacado cuando se dirigía de noche desde la capital a la Casa de Caoba y una vez comprobada su muerte los militares comprometidos iniciarían un levantamiento. Si bien el ataque, producido el 30 de mayo de 1961 produjo la muerte del dictador, su chofer se defendió ferozmente y logró herir a algunos de los atacantes.
El plan para la toma del poder fracasó y se desató una feroz represión sobre los complotados, sus familias y relaciones. La represión fue encabezada por Ramfis Trujillo, quien quedó por un tiempo como dueño del poder. Solo dos de todos los complotados pudieron encontrar refugio y se salvaron de la tortura y de la muerte. Fue famoso el caso de seis complotados que fueron brutalmente torturados y asesinados personalmente por Ramfis Trujillo en lo que dio en llamarse El crimen de la Hacienda María. A pesar de la represión desatada, la presión popular e internacional fue tal que poco tiempo después tanto Ramfis como el resto de la familia Trujillo huyeron al exterior, la mayor parte de ellos a España. Se estimaba que en conjunto habían sacado del país unos 300 millones de dólares [29].
APENDICE III: Algunos de los crímenes más notables:
– El asesinato de Virgilio Martínez Reyna y su esposa embarazada de ocho meses. Este ocurrió en junio de 1930, en los albores del régimen, cuando todavía era presidente Estrella Ureña. Martínez Reyna era un dirigente horacista y fuerte opositor a Trujillo. Había intentado ser candidato en su contra, pero a raíz de la violencia desatada por el futuro dictador había renunciado a su candidatura y retirado a su pueblo, donde era extremadamente popular [26] [54]. Años después su hermano menor fue también asesinado en forma brutal [26].
– La «Matanza del Perejil [29] [37]. A Trujillo le molestaban los nativos de Haití, establecidos o empleados cerca de la frontera entre ambas naciones. Lo llamaba «el problema haitiano». En octubre de 1937 visitó la frontera e inmediatamente ordenó exterminar a todos los haitianos que hubiera en el país, incluyendo mujeres y niños. En pocos días, miles de ellos fueron masacrados por las fuerzas militares y policiales. Los cuerpos se tiraron a un río fronterizo hoy llamado Río Masacre. Se dice que para identificar a los haitianos, de habla francesa, entre los negros y mulatos de la zona, la Policía les hacía pronunciar la palabra perejil. Murieron 17000 [29] o 18000 [37] personas.
– Los asesinatos de José Almoina y Jesús de Galíndez: Se trataba de intelectuales españoles exiliados por antifranquistas. Ambos fueron cercanos al gobierno de Trujillo pero luego salieron del país y escribieron en contra suyo. Almoina [55] fue asesinado por sicarios en México, mientras que Galíndez, un intelectual muy destacado[56], fue secuestrado en Nueva York, llevado en avión a RD, torturado brutalmente y finalmente asesinado. Algunas versiones dicen que el mismo Trujillo lo torturó y mató. El ensañamiento con Galíndez se atribuye a que en su obra decía que Ramfis, el hijo favorito de Trujillo, no era en realidad su hijo biológico [57]. Este asesinato inició una cadena de muertes para ocultar la responsabilidad de Trujillo [26], entre ellos la un ciudadano estadounidense, y contribuyó a deteriorar la relación del dictador con EEUU, lo que habría terminado con el apoyo de la CIA a los intentos de asesinarlo.
– El asesinato de Ramón Marrero Aristy: Era autor de una de las obras más famosas de la literatura dominicana: Over, una novela de crítica social. Siendo funcionario del régimen, se sospechó que era la fuente de un periodista del New York Times que publicó un artículo muy crítico sobre Trujillo. A los pocos días apareció muerto y calcinado dentro de su auto[58][59].
– El asesinato de presidente de Guatemala Carlos Castillo Armas[60]: Este había derrocado en 1954 al izquierdista Jacobo Arbenz. Había tenido la ayuda de la CIA y de Trujillo. En julio de 1957 fue asesinado y, si bien nunca se lo pudo probar, es casi seguro que el crimen fue inspirado por el Generalísimo. La causa resulta casi increíble. A cambio de su ayuda para tomar el poder, Castillo Armas habría prometido al dominicano la más alta distinción de su país, la Orden del Quetzal. Como no cumplió, el Benefactor, tan afecto a las condecoraciones, decidió eliminarlo.
– Los atentados contra Rómulo Betancourt y José Figueres[61][62][63]. El político venezolano, del cual ya hemos hablado anteriormente fue desde siempre un enemigo declarado de la dictadura de Trujillo y por lo menos en tres oportunidades este trató de asesinarlo, aunque en todos los casos fracasó. El atentado más grave fue el de 1960, cuando era el primer presidente elegido democráticamente después de la caída de Pérez Jiménez. En el camino de Betancourt hacia un acto público estalló un coche bomba accionado a distancia. Murieron de inmediato un militar que lo acompañaba y un circunstancial transeúnte, mientras que Betancourt, su chofer, el Ministro de Defensa y la esposa de este sufrieron graves heridas y quemaduras. Betancourt quedo con secuelas en la vista y oído y marcas de quemaduras en las manos y el rostro. Trujillo había también intentado en 1957 asesinar al presidente democrático de Costa Rica, José Figueres, para lo que envió a unos sicarios que fueron detectados y apresados[64]
– Las huelgas azucareras y el asesinato de Mauricio Báez: Como se dijo antes Trujillo dictó las primeras normas laborales en RD, incluyendo el derecho de huelga. Algunas huelgas fueron toleradas mientras fueron pequeñas y sin implicancias políticas. Pero cuando en 1942 estalló en el sector azucarero una huelga importante dirigida por Mauricio Báez, un dirigente sindical de tendencia comunista, la respuesta fue distinta: «La huelga fue combatida a sangre y fuego; algunos de sus dirigentes fueron colgados, ametrallados y apuñalados, dejando un saldo bastante alto de muertos y presos, otros huyeron y algunos más tomaron la ruta del exilio.» [26]. Báez se exilió y sólo retornó cuando Trujillo esbozó la apertura democrática a mediados de los 40s, pero huyó a Cuba después de una nueva huelga azucarera que fue reprimida con un número de muertos y encarcelados aún mayor. En 1950, sicarios trujillistas lo asesinaron en Cuba[26] [65]
– La represión de la invasión de 1959: Si bien había habido años antes intentos de invasión por parte de exiliados antitrujillistas, recién en ese año hubo uno importante. Un grupo de hombres llegó en avión al centro del país y se internó en una zona selvática. Rápidamente fueron detectados y perseguidos durante varios días, hasta que todos fueron muertos o apresados. Otros grupos que sumaban unas cien personas llegaron días después en lanchas a playas del norte del país. Ya eran esperados por las fuerzas del gobierno, que los desarticularon, matando o apresando a sus integrantes. La represión, encabezada por el Ramfis Trujillo, hijo del dictador, incluyó un enorme despliegue de fuerzas militares y el bombardeo aéreo de extensas zonas. Los presos fueron conducidos a una de los centros de tortura y posteriormente fusilados. Solo hubo seis sobrevivientes de más de 200 rebeldes [26] [65b].
– La represión del movimiento 14 de julio y el asesinato de Las Mariposas: [66][67][68][69][70][71][72][73][74] Las cuatro hermanas Mirabal pertenecían a una familia acaudalada del interior del país cuando una de ellas, Minerva, llamó la atención de Trujillo. En 1949 la familia fue invitada a una de las fiestas que daba Trujillo y a las que era imposible faltar. En ella Minerva rechazó los avances de Trujillo y la familia se fue de la reunión. Ante la actitud de la joven, Trujillo, que no aceptaba fácilmente el rechazo de una mujer, comenzó a perseguir a la familia y mandó apresar al padre. También Minerva y varias de sus amigas fueron encarceladas y liberadas después de unas semanas. El padre, en cambio, fue encarcelado y liberado varias veces hasta que murió en 1953. La familia había perdido para entonces casi toda su fortuna.
Tiempo después Minerva, que ya se había recibido de abogada, se casó con Manuel Tavarez Justo, que encabezaba el movimiento opositor clandestino 14 de junio,. Este reunía a numerosos jóvenes de distintas extracciones, incluyendo a muchos pertenecientes familias muy influyentes [26] . Por su parte, Patria y María Teresa Mirabal, estaban casadas con Leandro Guzmán y Pedro González, respectivamente, también dirigentes de ese movimiento, del cual las tres hermanas participaban activamente. Una cuarta hermana, Bélgica ó Dedé, estaba apartada de la política y posteriormente se dedicó a cuidar a sus sobrinos huérfanos y a mantener la memoria de Las Mariposas, como se las conocía dentro del movimiento.
El movimiento fue descubierto y centenares de personas fueron apresadas, torturadas y varias de ellas asesinadas[75]. Entre los detenidos estaban las tres hermanas Mirabal y sus esposos. Las mujeres fueron violadas y torturadas y en mayo de 1960, Minerva y María Teresa fueron condenadas a tres años de prisión junto a los tres hombres. Sin embargo, en agosto ambas fueron liberadas, probablemente porque ya Trujillo había decidido que fueran asesinadas.
En efecto, como confesó posteriormente uno de sus peores esbirros y jefe de su policía secreta (SIM), Trujillo ordenó que fueran asesinadas como si fuera un accidente. Para ello los esposos fueron trasladados a una prisión cercana a su vivienda, logrando que ellas los visitaran con frecuencia. Un grupo de miembros del SIM (conocidos popularmente como calieses) las esperó hasta el día en que las tres fueron juntas y sin sus hijos. Las secuestraron y las mataron a golpes, al igual que al chofer que las conducía. Luego cargaron los cadáveres en el jeep en el que viajaban y lo despeñaron en un profundo barranco. La versión oficial habló de un accidente pero nadie la creyó.
* Hay que destacar que esta opinión de Page parece ser bastante generalizada. A continuación copio un sin numero de citas recopiladas en el sitio El grito contenido:
- «Él es literalmente el tirano más completo y más despiadado de nuestros tiempos.” Socialist Outlook(Órgano del Partido Laborista de Inglaterra) – 24 de julio, 1953 – Pág. 4 – Londres, Inglaterra.
- “…uno de los tiranos más crueles del mundo”. Se refiere al país como “un estado esclavista”. Tyrant of the Caribbean – The Lewiston Daily Sun – – 4 de junio, 1957, pág. 4
- “No hay ningún otro jefe de estado que ejerza tiranía tan completa, ni pueblo con menos libertad que el dominicano.” Editorial: Dominican Relations – The New York Times – 20 de mayo, 1957.
- «Fue uno de los regímenes más férreos y absolutos de la historia moderna. Hasta muerto Trujillo es un peligro para el mundo.»Dominican Dictator Trujillo is Assassinated – Hearst Metronome News – Junio, 1961
- “El generalísimo Trujillo es conocido por toda Latinoamérica y en la mayor parte del resto del mundo como un tirano sanguinario que gobierna a la RD como una propiedad privada.” No Thanks for Trujillo – The Daytona Beach Morning Journal – 18 de sept. 1958, pág. 4
- «La dictadura más impenetrable del mundo». El misterio de la República Dominicana – The New York Times- 24 de junio, 1959
- «Un dictador a la par del cual Hitler y Mussolini no fueron más que criaturas, un dictador que reina sobre sus dos millones de compatriotas de una manera implacable, más absoluta que cualquier tirano medieval o sultán oriental.» Journal et Feuille d’Avis de Valais – Sion, Suiza – 23 de abril, 1947 – Pág. 1
- “Santo Domingo, donde una bestia, salida de las cloacas políticas, abochorna al género humano…no tiene comparación en bestiales instintos con otro ser humano.” Los crímenes de Leónidas Trujillo– La Revista Blanca – Núm. 315 – 1 de febrero, 1935
- “Esto no es un país, es un dominio feudal. Trujillo es el dueño de la tierra y de los bienes, con derecho sobre la vida o la muerte de todos sus habitantes.” Democracias y Tiranías en el Caribe – William Krehm – 1947
- El régimen «probablemente fue peor que la Alemania Nazi pero a otra escala», y aclara, “tomando en cuenta la diferencia en el tamaño del territorio y de la población.” Wendell W. Woodbury, Agregado Económico de la Embajada de EUA (1952-1954) (Association for Diplomatic Studies and Training, ADST– Oral History Interviews)
- “En 1934 el ambiente contra Trujillo era irrespirable. Todo el país ardía en odio contra el tirano. Este, engreído, seguro de la protección norteamericana, se había lanzado a la carrera de saqueos, pillaje, estupros, violaciones y asesinatos que lo convertirían en el más sangriento dictador de América.” Una satrapía en el Caribe – José Almoina Mateos – México, 1950 – Pág. 108
- «Su poder es tan absoluto que él podría fácilmente darles algunos consejos a Hitler, Mussolini y Stalin.» Un dictador negro tiene a Santo Domingo bajo su férula – Feuille d’Avis de Neuchatel, periódico de Suiza, 11 de julio, 1936, págs. 1 y 6.
**En 2013, el diario ABC de España encuestó a cien personalidades de la cultura iberoaméricana que escogieron la novela del Nobel peruano Mario Vargas Llosa, como la mejor en lo que iba del siglo XXI.
***Es interesante señalar que gran parte de la bibliografía resalta la extrema pobreza de Perón en aquellos años, ya que solo recibía una renta de U$S 1500 por trimestre, que le enviaba su amigo Ricardo Gayol por un dinero invertido en Paraguay. Como ya señalé en una entrada anterior, esto equivale a U$S 4500/mes actuales o sea U$S 54.000/año. ¿mucho, poco, más o menos? Para tener con que comparar, averigüé cuál es el salario medio actual en los EEUU. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de ese país es U$S 54.132/año[bb]. O sea, lo que recibía el General equivalía a un salario promedio de los EEUU.
**** según el Diccionario de Americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española, maipiolo/a significa Persona que le busca alguien a otra con quien mantener una relación sentimental, generalmente ilícita, o que actúa de intermediario en esta.
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[2] J.B.Yofre – Los 475 mil dólares que Perón recibió para llevar a Frondizi a la presidencia – Historia hoy, 14/07/2019
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[68] ramos – Trujillo contra las hermanas Mirabal -3- En el juicio testigos narraron la forma en que fueron asesinadas – acento, 22/11/2019
[69] ramos – Trujillo contra las hermanas Mirabal -4- La Cámara Penal aportó detalles espeluznantes sobre el múltiple asesinato – acento, 23/11/2019
[70] ramos – Trujillo contra las hermanas Mirabal -5- 17 años después, Peña Rivera confesó participó y dirigió el crimen – acento, 24/11/2019
[71] ¿Quiénes eran las hermanas Mirabal? – Gaceta UNAM
[72] fesquet – Las Mariposas que desnudaron a un dictador – Clarín, 25/11/2019
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[75] Santana – Tomasina Cabral Mejía – “No le di ni una sola lágrima a la tiranía” – Listin diario, 10/05/2010
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